lunes, 9 de marzo de 2009

COSAS DE LA LOTERIA DE LA VIDA

A los de mi generación nos educaron en una serie de valores que, como pudimos comprobar años después, se habían quedado obsoletos. O, mejor dicho, pasados de moda. Recuerdo a mis padres regañándonos cuando nos dejábamos la comida en el plato: "si hubiérais pasado una guerra como pasé yo..." También recuerdo los discursos de mis padres sobre el esfuerzo ("haceos a la idea de que nadie os va a regalar nada, que tendréis que trabajar toda la vida, como nosotros, que somos pobres") y los consejos sobre el ahorro y la austeridad ("el que guarda siempre tiene"). Nos educaron, como a otros muchos niños, para respetar a los mayores, ser responsables y tocar siempre con los pies en el suelo. Pero el mundo que ellos vivieron estaba cambiando rápidamente y nosotros, cachorrillos imberbes, tuvimos que adaptarnos a los nuevos tiempos.

De golpe y porrazo nos hemos visto inmersos en la cultura de la superficialidad, de la ansiedad por tener, el triunfo a corto plazo, el pelotazo. El lema de "quien algo quiere, algo le cuesta" fue sustituido por el de "porque yo lo valgo". Le fuimos cogiendo gustillo a eso de vivir a crédito y a darnos lujos que quizá no podíamos asumir. Casas nuevas, home cinema, coches caros, pantallas planas, móviles de ultimísima generación, vacaciones a crédito, viajes etc.etc.etc. vamos que el banco nos da dinero y ya lo pagaremos (pero lo que no te decian es cuando lo ibas a pagar y ahora se está empezando a pagar todo eso y mucho más). Si no lo aprovechabas es porque eras gilipollas. A mí me lo han llamado. Vivíamos como nuevos ricos, gastando arrogantemente un dinero que no teníamos. Nadie pensaba en las vacas flacas, todos habían olvidado los consejos caducos de nuestros padres y nos metíamos alegremente en préstamos hipotecarios de interés variable a mil años.

.Y un día llega la crisis. A casi todo el mundo le viene muy de nuevas porque solo leen el Marca y ven Telecinco y Antena 3 con sus respectivos anuncios y todas sus formas de desorientarnos de la vida en sí y se salen de la realidad. Hoy, que hasta el gato se ha dado cuenta de que pasa algo raro y muy malo, todavía hay gente que piensa que esto es una cosa pasajera, que Obama y Zapatero van a resolverlo todo en dos reuniones y que vámonos a cenar que he reservado mesa para las nueve. Es cierto que nosotros, pobres mortales, tenemos que luchar para evitar lo que se avecina. Todo el mundo las va a pasar canutas, pero en España, por sus características peculiares, va a ser peor (tema largo y farragoso, para un próximo post), muchos economistas alertan del elevado riesgo de una cosa que se llama insuficiencia fiscal, esto es que el estado debe pagar más de lo que ingresa, porque los que pagamos impuestos somos cada vez menos y los que cobran prestaciones del estado son cada vez más, y la tendencia es a peor. Los estados, como las empresas, también pueden quebrar. Pero como esto es demasiado inquietante, nos dan pan y circo, la mejor anestesia: La Liga BBVA, La Champions, El Hormiguero, Telenovelas y Dónde estás corazón. ¡Qué bueno está El Duque! , ¡Doña Leticia ha engordado un poco!, ¡Las locuras de Pajares! etc.etc.etc.

Mucha gente ha perdido ya su empleo. Ahora que vienen mal las cosas nosotros, los reyes del mambo, nos acordamos de aquellos sensatos consejos de nuestros mayores: "Nadie da duros a cuatro pesetas" y "La mejor lotería es el trabajo". Descubrimos que no teníamos sangre azul, que nuestra prosperidad era frágil y que todo ha sido una especie de broma cruel. Conozco bastantes casos de gente de mi edad que ha vuelto a casa de sus papás, con el rabo entre las piernas y un cartel de "se vende" en el balcón, otros que la crisis les ha hecho quitarse hasta del tabaco y del colesterol porque con la situación no paran de andar nerviosos perdidos y como andar es bueno para el colesterol, cosas que no se hubiesen quitado ni por una apuesta y de muchos otros cuyas hipotecas las están pagando sus padres con el dinero que han ahorrado tras toda una vida trabajando. Planes de rescate como los de ZP, pero en el ámbito paternofilial (osea cariñosamente). No, no iban tan mal encaminados los viejos. No sabían programar el video, ni el DVD ni tenían lavavajillas, ni microondas ni Internet para “aprender”, pero sabían mucho más de la vida que nosotros. Ojo, que también estaban los inconscientes que animaron a sus hijos a meterse en el marrón.
Nuestros abuelos eran pobres, pasaron hambre y sobrevivieron a una guerra terrible y a una postguerra aun peor. Nuestros padres pudieron, a base de trabajar mucho, tener casa y vivir dignamente. Nosotros, los nuevos ricos, nos creíamos más listos que nadie y ahora, mirándonos al espejo, descubrimos amargamente que somos los pobres de siempre. El aterrizaje forzoso va a ser muy duro y como también se dice más dura será la caída esperemos que todo sea un mal sueño ó una pesadilla de la que pronto despertemos y con un gran vaso de agua se nos pase el susto, pero que por lo menos que intentemos cambiar en algunas cosas para ir mejor y sacarle el fruto a la “crisis” igual le he dado mucho bombo a esto, en fin me parece que esto del paro da mucho tiempo para pensar y escribir. Jajaja…


3 comentarios:

  1. Te lo has currado eh!! hoy estas filosofico y con algo de añoranza. Estoy muy de acuerdo con lo que pones, pero es que la sociedad nos hace vivir de una manera diferente a la de otros años y como bien dices cada uno la coge como quiere, a mi me ha tocado en la hipoteca y la verdad me tiene poco contento, pero ya me tocaba y hay que tirar pa lante como sea.

    Por cierto esa hucha del cerdo esta acorde a los tiempos, muy guapa pero da grimilla.

    Vente paca y te haces un mcaffe.

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  2. Joder con las añoranzas compañero. No te falta razon, pero ... En fin, ni se te ocurra poner los boletos de la primi y del euro cerca de ese cerdito, que ya sabes lo que un día dijo uno "el dinero llama al dinero"!!

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  3. Me da verguenza reconocerlo, pero soy uno de los que han vivido por encima de sus posiblidades, teniendo la enseñanzas de mis mayores, que siempre pasaron necesidades y fueron muy austeros.
    Pero no fui capaz de dejar de consumir vivir no al dia a dia sino tirando de tarjeta, y vuando tenia que pagar esa tirando de otra para poder pagar lo que gastaba mas la anterior, hipotecando el piso, mintiendo al mundo para creerme un triunfador, pero lo de la crisis me a devuelto a la realidad mas cruda. y posiblemente no tenga ni salida, por lo que para los que lean este articulo sepan que la realidad de la vida supera con creces lo escrito.
    Perfecto por lo escrito. Gracias.

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